El milenario municipio castellonense posee numerosas playas que confluyen con su Casco Antiguo medieval. Desde tomar el sol y descansar plácidamente en sus extensas playas de arena fina y calas recónditas, certificadas internacionalmente con sistemas de calidad y gestión ambiental, hasta conocer apasionantes historias de batallas, cañones y piratas, como Barbarroja, en visitas temáticas guiadas, Oropesa del Mar ofrece la perfecta combinación entre cultura y patrimonio en un enclave urbanístico único. 

Recorrer a pie o en bicicleta las bellas rutas de sus parajes naturales o practicar deportes náuticos son solo algunas de las actividades que hacen de este municipio castellonense un territorio dinámico. Y es que, el litoral de Oropesa cuenta con uno de los puertos deportivos más atractivos de la costa mediterránea gracias a sus modernas instalaciones con capacidad de amarre de hasta 700 embarcaciones. 

En él se pueden desarrollar actividades como vela ligera, piragüismo, kayak o pesca, sin olvidar la visita al Parque Natural de las Islas Columbretes. Tras este, una línea costera de 12 kilómetros se abre hacia el Mediterráneo descubriendo las playas de esta villa típicamente marinera que destacan por la pureza de sus aguas. Además, se trata de espacios completamente accesibles en los que no faltan actividades lúdicas, así como servicios de restauración para poder tomar el tan típico aperitivo.

Oropesa, un baño de culturas

La riqueza de Oropesa del Mar trasciende más allá de sus calas y bahías, pues en sus límites descansan majestuosas construcciones como la Torre del Rey o la Capilla de la Virgen de la Paciencia. Y es que, la historia del municipio se ha visto influenciada por las numerosas culturas que se han asentado en sus tierras debido a su estratégica ubicación, influenciando también su arquitectura y desarrollo socioeconómico, desde el Paleolítico. 

Tras la conquista de Jaume I en el siglo XIII, el Casco Antiguo del municipio experimentó un significativo crecimiento. Durante la Edad Media, la villa de Oropesa del Mar vivió la fortificación de su Castillo de origen musulmán y murallas, así como la construcción de estrechas y empinadas vías que actualmente todavía permanecen en el centro de una localidad de trazado medieval. 

Una rica historia atesorada en el Museo de Oropesa del Mar. Sus paredes conservan vestigios de la extensa red patrimonial del municipio, unos recuerdos que hablan de históricos personajes como el pirata Barbarroja o el Mariscal Suchet, entre otros, y que sirven para entender el devenir de la localidad, su identidad y sus raíces.

Turismo de salud en la costa de Oropesa

La villa castellonense presume de ofrecer un turismo de salud de calidad. Tranquilidad y descanso confluyen en numerosas actividades y espacios del municipio, como el mayor balneario de agua marina de Europa. 

 Dormirse a los pies del mar con la compañía de una suave brisa, el sol de media tarde en alguna de las terrazas de Oropesa o los silenciosos paseos por sus parajes naturales son solo algunos de los placeres que el municipio pone al alcance de sus visitantes. Y es que, no hay nada mejor que cuidarse, por ello desde el consistorio se organizan anualmente actividades que tienen como objetivo el bienestar. 

Desde la Volta a Peu Solidària del Dia de la Dona o la Cursa Serra d’Oropesa hasta el Torneo Ciudad de Oropesa de Voley Playa, sin olvidar la Marcha Cicloturística Internacional “La Titánica”, la variada oferta deportiva de Oropesa se puede disfrutar siempre con vistas al mar.

Fiestas con sabor mediterráneo

Festival Internacional de Títeres a la Mar, castillos de fuegos artificiales o fiestas patronales, cualesquiera que sean las ofertas festivas de Oropesa del Mar, todas pueden disfrutarse saboreando las delicias culinarias que ofrece su gastronomía local. Unas recetas basadas en productos locales, como gambas, dátiles de mar o langostas, que sirven para elaborar el tradicional “suquet de peix” con lenguado o pulpo, o las zarzuelas. Gran importancia en la dieta de Oropesa tienen también los productos de caza como el conejo, cerdo o pollo, cocinados en exquisitos embutidos o en los populares “tombets”. 

La época estival trae consigo la mágica noche de San Juan con sus tradicionales hogueras, un luminoso recibimiento del verano entre fuego y diversión que da paso a la festividad de San Pedro, cuando se reparten las clásicas cocas y vino moscatel. Tras la celebración de San Jaime, durante el mes de octubre las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de la Paciencia, en las que no faltan los concursos de paellas ni el Mercadillo Medieval, son las grandes protagonistas.