Ontinyent presume de un patrimonio histórico-cultural de gran valor, así como de sus maravillosos parajes naturales. Rodeado de buenas tierras de cultivo y a orillas del río Clariano, Ontinyent es una ciudad que presume de su rico patrimonio histórico, artístico y cultural. Cuenta con yacimientos de finales del neolítico, restos ibéricos y poblados de la Edad del Bronce, además de asentamientos agrícolas de la época romana. En época medieval y moderna fue una de las ciudades más importantes del país, por su pujanza manufacturera.

Su casco antiguo, la Vila, es un barrio medieval documentado desde el siglo XI. Declarado Conjunto Histórico Artístico Nacional, el misterio que envuelve a la Vila es un excelente aliciente para descubrir sus secretos, entre una sucesión de casas apiñadas en calles sobre grandes desniveles. Este barrio, ubicado en la parte más alta de la ciudadela, es un núcleo amurallado que conserva su esencia gracias a la rehabilitación de sus edificios y demuestra la presencia islámica en la ciudad. En la actualidad, el mayor número de población se concentra en los barrios de Sant Josep y Sant Rafel.

Otro de los elementos más destacados de su patrimonio es el campanario de Santa María, el más alto y con más campanas de la Comunitat Valenciana, un referente para situar el núcleo histórico de Ontinyent. La Iglesia Arciprestal de Santa María, edificada entre los siglos XIV y XVI, realizó una profunda remodelación en el siglo XIX.

El Palau de la Vila es otro de los monumentos histórico-artísticos de la localidad, declarado también Bien de Interés Cultural (BIC). Construido como alcázar andalusí, fue también una residencia real y palacio nobiliario, hasta su rehabilitación integral. En la actualidad, sirve como sede de sesiones plenarias del Ayuntamiento de Ontinyent, el Museu del Tèxtil Valencià, el Museu dels Gegants i Cabets y la Oficina de Turismo.

Por último, completan la oferta histórica de Ontinyent el Pont Vell (del año 1500), el Convento de las Monjas Carmelitas, la Calle Mayor y la Plaza Mayor, centro neurológico de actividades desde el siglo XVI y que concentra muchos de los edificios históricos y más relevantes de Ontinyent, como la Casa del Consell (Antiguo Ayuntamiento) y el Palacio de los Condes de Torrefiel.

Oferta museística muy destacada

Ontinyent preusme de contar con una amplia y variada oferta museística en su término municipal. Hasta cinco museos comparten espacio en la localidad y se convierten en uno de los alicientes culturales más destacados para el visitante. Entre ellos se encuentran:

• El Museo Arqueológico de Ontinyent y la Vall de Albaida (MAOVA).
• El Museu del Tèxtil Valencià (que muestra instrumentos, elaboraciones y tejidos).
• El Museu de Gegants i Cabets (que representan las culturas que convivieron en la Edad Media y salen a danzar en la víspera y la fiesta del Corpus y la Purísima).
• El Museo de Ciencias Naturales (donde encontrar ejemplos de fauna española, africana y americana, así como muestras del arte precolombino, monedas antiguas, restos de los faraones de Egipto, manuscritos y libros de gran valor).
• El Museo Festero (ejemplo de los más de 150 años de tradición de los Moros y Cristianos).

Sumérgete en su historia

Ontinyent ofrece una serie de rutas dirigidas a dar a conocer el municipio, su historia, costumbres y tradiciones. Así pues, podemos encontrar diferentes tipos de rutas: la cultural, paisajística, gastronómica e industrial. La industria textil ha sido, durante mucho tiempo, el motor económico de la ciudad y ha marcado su fisionomía e identidad.

En cuanto a su patrimonio natural, Ontinyent posee una de las diez huertas valencianas más importantes. También dispone de paisaje naturales de gran valor que se pueden contemplar a través de diferentes rutas de senderismo. Entre ellos, destaca el Pou Clar, el paraje fluvial más importante de la zona, de gran valor natural y paisajístico. Allí nace el río Clariano.

Otros puntos destacados de su patrimonio natural son la Ermita de San Esteve, que conforma un característico mirador sobre el valle; la Fuente de Gomellons, una zona de acampada en un paraje de la Ombria con una amplia variedad de especies vegetales; y Fuset, una finca agrícola reconvertida para diversos usos.

Por último, su gastronomía se basa en platos y productos típicos de la dieta mediterránea. Destaca la elaboración artesana de embutidos, aceites, vinos y dulces tradicionales, además de la miel, que es la base de la repostería local.